La relación psicoterapéutica es la pieza mas valiosa de todo proceso, ayuda a que un adolescente tenga un vínculo seguro con el proceso y contigo como su terapeuta, convirtiéndose en un factor que le protege durante esta fase de desarrollo. Si estás empezando a trabajar con adolescentes a continuacion te explico las herramientas que me han ayudado a mi en mi practica clinica, durante los últimos diez años de experiencia, ayudándome a crear un espacio seguro para ellos y para mí como terapeuta.
Se auténtico.
Los adolescentes en su gran mayoría valoran la autenticidad y no son muy fans de la condescendencia o la falsedad. Es importante que te muestres desde tu rol como terapeuta, y también como el ser humano que se equivoca y que esta lejos de ser perfecto, evita actitudes paternalistas y muéstrate como una persona real, accesible y comprensiva. Esto implica ser congruente entre lo que se dice y lo que se hace por lo tanto, los limites deben quedar claros desde el principio, mostrando un interés sincero por los conflictos que el adolescente trae a tu consulta.
Un espacio seguro, es un espacio libre de juicios.
Para que un adolescente se sienta libre, respetado y cómodo compartiendo sus pensamientos y emociones, crea un entorno de confianza donde se respeten sus opiniones y experiencias sin juicios, ejerciendo la aceptación incondicional y empatía, lo más importante es que se sienta valorado y comprendido ¿El resultado? se abre, confía, sin miedo al juicio, convirtiendo su actitud en una pieza esencial para el espacio y progreso terapéutico.
Escucha, escucha, escucha y luego escucha….
La escucha activa con un adolescente es una de las herramientas más enriquecedoras en cualquier relación, porque cuando escuchamos, damos comprensión, validación y a larga esto trae alivio como personas, lo que escucho frecuentemente en consulta es que Los adolescentes se sienten incomprendidos o minimizados en sus preocupaciones, por lo que validar sus emociones y experiencias, le permiten seguir fortaleciendo su capacidad de mentalizar y regular, una de las habilidades clínicas sencilla y esencial es escuchar con atención, reflejar y parafrasear lo escuchado. Esto muestra que le comprendes y que le respetas por que siente que es escuchado y haces devolución de la historia o conflicto que trae a consulta.
La terapia que funciona no es la que diseñas, sino la que acepta el adolescente.
Ser flexible en su enfoque es una habilidad indispensable, te sugiero preguntar siempre Cómo se siente con los ejercicios que planteas, con tu método, dejándole claro que siempre puede decirte como se siente, y si no se siente cómodo, solo hay una opcion, adapta las intervenciones a las necesidades y preferencias del adolescente. Algunos pueden responder mejor a enfoques más estructurados, mientras que otros pueden necesitar un espacio más libre para explorar sus pensamientos. La capacidad de adaptar el estilo terapéutico, tanto en contenido como en forma, te ayuda a mantener la adherencia terapéutica y la participación activa del adolescente en el proceso.
Objetivos realistas= buen pronóstico
Involucra al adolescente en plantear los objetivos terapéuticos de su proceso. ¿El resultado? sensación de control y autonomía, además aumenta su compromiso con el proceso. Recuerda que cada proceso requiere de un equipo de trabajo, padres, adolescentes, educadores, profesores, trabajar juntos para establecer metas realistas y alcanzables refuerza la idea de que la terapia es un espacio de colaboración y que el terapeuta es un aliado en su crecimiento personal.
Recuerda que para construir una relación terapéutica son 5 las estrategias que puedes practicar y tener en cuenta como psicoterapeuta: la autenticidad, creación de un espacio seguro, escucha activa, flexibilidad y un enfoque colaborativo.
Un abrazo colega,
Con amor
Diana Aguirre
Psicóloga clínica para adolescentes
@lapsicoadolescente
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